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Llueve en el barrio

 


Llueve en mi barrio

y las aguas que bajan por zanjas arrastran papeles, 

un cuaderno de tapas verdes,

paraguas rotos,

los goles del domingo

y algún beso que el viento tumbó en su viaje.

Llueve en Parque Patricios

y el agua penetra en las grietas y llega hasta el alma.

Llueve en el barrio.

Llueve en el mundo.

La tormenta sacude los árboles y a  las canciones que suenan en los teléfonos.

Llueve en mi barrio,

en Donbáss  y

en Palestina.

Llueve,

y los chicos sin nada

se llenan de hambre,

se llenan de agua.

¿Serán las gotas, las lágrimas, la sal?



Llueve en mi barrio

que es decir llueve en el mundo.

El agua se arremolina con furia,

entre los adoquines, 

veo un puño que sube,

que sale del barro y crece

desde la zanja y los barros de la Semana Trágica

y crece.

Hay mil fantasmas que recorren/caminan mi barrio.

Don Miguel apurado y Carmelo, pasa Antonia,

la Teresa y Bartolo…

los pibes de las ranas cazando palomas,

mis cartoneros, pasan.

Pasan y pasan otros que desconozco,

pasan por la lluvia, pasan

porque llueve en el barrio

y el agua penetra en las grietas y llega hasta el alma.

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