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Mostrando entradas de agosto, 2011

Allen Ginsberg

AULLIDO Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas, arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo, hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna, que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz, que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados (…) Cubierto de hojas amarillas, crepitando entre las sábanas, revuelvo el vacío de tu ausencia. Insomne, inconsciente aún el zumbido del aparato que ventila no alcanza a despegar los ecos. Y doy otra vuelta, medio dormido, medio despierto, hasta que dejo mi cara sobre un pedazo de sábana que huele a vos. Mezcla de perfume y transpiración, huella