Martín le dijo a su amiga que la quería (en realidad que le gustaba, y mucho) Ella, le sonrió y dijo que le agregaba confusión a su confusión. Entonces, ella le agarró las manos con la misma dulzura que semanas atrás le había dicho, es muy lindo Martín, muy lindo eso que leíste.Ahora Martín camina por las paredes esperando que ella le diga algo. Algo más allá de su confusión. Pasan los días y aún no recibe respuesta.
Bitácora de Carlos A. Ricciardelli // palabras/imágenes/arte -desde este lado del mundo.