(Buenos Aires, fin de año; a punto de llover) En un mundo donde no se puede medir el tiempo, no hay relojes, ni calendarios, ni citas definidas. Son los acontecimientos los que desencadenan otros acontecimientos , no la hora. Se empieza a edificar la casa cuando la piedra y la madera llegan al lugar de la construcción. La cantera de piedra comienza a entregar la piedra cuando el picapedrero necesita dinero… Hace mucho, antes del Gran Reloj , los cambios en los cuerpos celestes median el tiempo: el lento paso de las estrellas a través del cielo nocturno, el arco del Sol y la variación de la luz, la Luna creciente y menguante, las mareas, las estaciones. El tiempo también se medía por medio de los latidos del corazón , los ritmos de la somnolencia y el sueño, la recurrencia del hambre, los ciclos menstruales de las mujeres y la duración de la soledad. Alan Lightman, Los sueños de Einstein
Bitácora de Carlos A. Ricciardelli // palabras/imágenes/arte -desde este lado del mundo.