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Mostrando entradas de abril, 2014

hay Señor, tantos pibitos desangelados!

Se frota la nariz y va otra vez en busca de la otra pibita. Da una vuelta en medio del patio, muequea como una desconocida, grita, aulla que la va a matar. Ojitos pintados, lindos ojitos que no caben en su cara. Campera adidas hasta el cuello y los brazos duros como ramas secas sacudidas por la inclemencia del viento. Va y viene, eléctrica, hermosamente joven… putea una y otra vez, grita, jura que la va a matar…   

Un baión para este idiota

Pituca sabe que es el mejor el mejor culo para ese sillón (usa sal de melodrama y se la cree) Y sabe bien que hoy su chance es corta!   El celular no paraba de sonar y ya sin fuerzas para seguir peleando, lo apagó. Se dejó caer sobre el sillón y acabó con el cuarto vaso de whisky. Y justo, cuando el calor que subía del pecho lo abrazaba en una dulce y lenta borrachera, escuchó los golpes en la puerta. Alzó levemente la cabeza, levantando el mentón que insistía en doblarse perezoso sobre el tórax y miró en dirección a la calle. Los golpes se repitieron dos veces más, metálicos, de llaves contra un vidrio. Abrime, Martín… es por la nena, abrime que esta con fiebre. Volvió a cabecear y creyó dormirse hasta que los golpes lo despertaron definitivamente. Una fuerza extraña ayudó a levantarlo y lo guió hasta la puerta. Caminó por el zaguán tropezándose con las macetas y las muñecas que habían quedado en el piso. Eva había estado con él, jugando toda la tarde. Y ahora, la mu

J. C. Onetti, padre y maestro espiritual

“Le pido perdón por haber desaparecido de aquella manera. Viví no sé cuántas horas en el otro mundo, sin casi comer, sin casi dormir, teniendo como alimento Old Parr y Philip Morris y algo que no es decible. (…) Ya empiezo: el rey David se acostó con una niña para volver a ser joven y fracasó porque el procedimiento para reconquistar lo único envidiable de la adolescencia –la limpieza del alma, la virginidad de las sensaciones y el desinterés- consiste en no acostarse con una niña” J. C. Onetti, carta a Julio Payró.