Se frota la nariz y va otra vez en busca de la otra pibita. Da una vuelta en medio del patio, muequea como una desconocida, grita, aulla que la va a matar. Ojitos pintados, lindos ojitos que no caben en su cara. Campera adidas hasta el cuello y los brazos duros como ramas secas sacudidas por la inclemencia del viento. Va y viene, eléctrica, hermosamente joven… putea una y otra vez, grita, jura que la va a matar…
Bitácora de Carlos A. Ricciardelli // palabras/imágenes/arte -desde este lado del mundo.