Aquella
fue una época extraña, murmuró. Extraña y lejana… Apenas recordaba el brillo
del canto, la languidez de su voz. Entonces destapó una cerveza y dio un trago
profundo.
Después
agarró una pequeña caja de cartón que guardaba entre sus ropas y esparció los dientes
de mi boca por el maldito cuarto que albergó nuestro amor.
Comentarios
Publicar un comentario