Tres días llorando.
Comprobó, durante la madrugada que ya no le quedaban
lágrimas. Igual se compunge y lleva sus manos a la cara aguantando el acceso de
llanto que llega otra vez. Otra vez sin lágrimas. Llora. Llora hace tres días
seguidos.
Se levanta entonces, en medio de una nube de
recuerdos y humo. Manotea el aire queriendo atrapar las imágenes o acomodarlas
de otra forma, darles otro color…
Camina sobre el piso de madera; cruje esquivando
libros, papeles, platos sucios, botellas…
Llega hasta el baño y se quita la remera, el
pantalón. Abre la ducha y espera un fuerte chorro de agua caliente que llegue a
entibiarle los huesos, a calmarle alguno de los dolores físicos, porque sabe
que al alma, casi no se llega… no llega y un nuevo acceso de llantos lo dobla
bajo el agua. Aprieta la cara contra las rodillas y el agua cae… sobre un
ovillo de carne temblorosa.
Sale del baño y se para frente al espejo.
Se mira, se lleva una de las manos al pecho, se toca.
Desliza
suavemente los dedos por la piel, para sentirse y convencerse que aún todo está
por pasar.
yo te leo---siempre
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