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La carta inesperada


Queridos lectores, nuestro amigo Martín Rilli  acaba de recibir una carta. ¡Si! Una carta como las de antes. Nada de mail ni tuiter. Nada. Una carta de papel, en sobre y con matasellos. Y semejante carta lo tiene a mal dormir, desvelado. Porque no solo recibió una carta como las de antes, sino que además no recuerda el nombre de quien la firma.

Bueno, aquí va y juzguen ustedes si el desvelo es merecido...
 

Querido mío:

                   He decidido terminar con estos años de oscuro exilio. Sé, de buena fuente, que te mantienes tan activo como en aquellos años; y eso me alegra. Aún tengo el recuerdo de tu piel lastimada, las gotitas de sangre conque dibujaste mi nombre sobre la remera de Huracán que usaba para dormir. Recuerdo, querido mío, tus angustias y ansiedades y como fui generosa contigo. Ah… si pudiera regresar el tiempo…

 
                                                                        M.

 

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