“Le
pido perdón por haber desaparecido de
aquella manera. Viví no sé cuántas horas
en
el otro mundo, sin casi comer, sin casi
dormir, teniendo como alimento Old
Parr y
Philip Morris y algo que no es decible. (…)
Ya empiezo: el rey David se
acostó con una
niña para volver a ser joven y fracasó porque el procedimiento
para
reconquistar lo único envidiable de la adolescencia –la limpieza del
alma,
la virginidad de las sensaciones y el desinterés- consiste en no
acostarse con
una niña”
J. C. Onetti, carta
a Julio Payró.
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