La lluvia del tiempo decanta en silencio
barriendo recuerdos
/presentes de lo que fuimos/
en los rincones del cuerpo.
Los barre
Y los amontona de a poco,
de a poco
hasta llenarnos de ellos.
Y entonces
de nuevo esperamos
la fuga,
esos vientos de antaño
que arremolinan dolores
llevándolos lejos,
lejos.
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