Quizás, algún
día despierte y sienta en el aire tibio del cuarto un suave olor a café recién
hecho. Quizás mire, sin querer a mi lado, y encuentre las sábanas levemente
revueltas y el perfume en el aire señale la presencia de otro cuerpo. Y una
extraña sensación se apodere de mí y me turbe mientras busque entre las sábanas
y el piso la gomita del pelo y una remera. Saldré de la habitación siguiendo un
aroma y descubriré el misterio.
Entonces,
se acercará sonriente con una taza humeante entre sus manos,
sus largas piernas
y los pies desnudos me traerán el calor de su boca, sensiblemente desconocida;
y sin
embargo seré feliz,
inmensamente
feliz…
hermoso...
ResponderEliminarme sigue encantando...y mas
ResponderEliminar