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Sí en ronda de amigos se me impusiera la desesperada tarea de contar tu belleza, sonreiría con entusiasmo y emprendería una empresa destinada al fracaso. No encuentro forma de hacerlo. No hay modo. Pediría paciencia y espacio en la mesa para garabatear. Intentar dibujarte. Trataría de atrapar algunos rasgos, algunas líneas... Trabajaría con tinta china, pluma y canson blanco.

Trazaría sólo algunas marcas, intentaría narrarte de perfil, de tres cuarto. Algunas pocas líneas dibujando o intentando definir límites, contornos difusos. Pondría el acento en tus ojos, los haría profundos y fuertes, como otro lugar por donde entrar en vos.

Pasarían las horas y continuaría intentando, tropezando y corrigiendo, en el afán torpe y loco de tenerte, de atraparte...

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