Ir al contenido principal

Monte de Venus. Reina Roffé.


Monte de Venus. Reina Roffé. 

crónica de un descubrimiento potente.


 

Por esas vueltas que tiene la vida y la literatura, hacia mediados de diciembre, llegó a mis manos Monte de Venus, novela de Reina Roffé. El año pasado, el 2020 fue un año detestable a no ser por la cantidad de libros que pude leer y aquellas hojas que alcancé a garabatear.

Pero, volvamos a lo importante. Volvamos  Reina Roffe. Debo confesar que es una escritora que desconocía por completo. Nunca había escuchado hablar de ella y mucho menos de su obra. Monte de Venus llegó a mí de una forma totalmente fortuita. Había leído en alguna red social que se reeditada Adiós a las calles de Claudio Zeiger. Hacía un par de meses que había leído Nombre de guerra y me había gustado mucho. Su prosa cubría mucho más que mi curiosidad por determinados ambientes de la marginalidad porteña. Por lo tanto, cuando me enteré de la reedición de uno de sus libros más importantes busqué dónde comprarlo –estábamos y seguimos en plena pandemia. Mundo en el cual estallaron los encargos a domicilios. – Busqué y me enteré que lo reeditada Astier. (Tengo Orificio de Casullo, libro con el cual –si no me equivoco- Astier salió a la luz.) Me metí en internet,  di con la editorial y descubrí una promoción imperdible: Adiós a las Calles más otro libro del catálogo a un gran precio. Imperdible. Busqué en el Catálogo y me llamó la atención el título y la contratapa. Entonces, pedí “el combo”: Adiós a las calles y Monte de Venus.

Un mes y medio después de varias lecturas y el gusto enorme por el segundo Zeiger que leí, dejé pasar unos días para que las ideas/imágenes de Adiós a las calles decantaran y agarré Monte de Venus. ¿Quién será Reina Roffé? Pensé. ¿Existe o es un seudónimo? Entonces gogleé  y me enteré de su existencia. Vive y sigue escribiendo. Me enteré de sus entrevistas y me impactó muy gratamente saber de la existencia de su gusto y libro sobre Rulfo. Eso me decidió a empezar su lectura. La mañana siguiente y frente al primer mate del día abrí el libro y enseguida me encontré, en la primer página, que habla de Céline y que la protagonista (hasta ese momento pensé que era la protagonista. Luego, aparecerá la verdadera protagonista de la historia: Julia Grande que con un hambre desmesurado sale a comerse las calles o el lado b de la vida burguesa.) sale a comprar Viaje al fin de la noche!

Fue entonces, cuando no pude parar de leer.

Monte de Venus, una novela de mujeres jóvenes ambientada en los 70. La historia personal, ¿salvaje? de Julia Grande intercalada con su historia –y la de sus compañeras- como estudiante en los últimos años en una escuela media nocturna de la Capital Federal.    

Comentarios

Entradas populares de este blog

"No me interesa el arte o la literatura para pocos" // entrevista del suple Fractura de la Agencia Paco Urondo.

Carlos A. Ricciardelli nació en la ciudad de Buenos Aires en 1973. Es docente y autor de varios libros de ficción, entre ellos:  Piedras contra un vidrio  (1998),  Las recónditas ganas de quedarme aquí  (2014),  Fiebre  (2020) y la antología de relatos prehistóricos  El quinto elemento  ( 2 016). Su último libro de relatos es  Rabia  (2022), de la colección Tinieblas de  Clara Beter ediciones .  Rabia  tiene 11 relatos breves y crueles con escenarios en la periferia de la ciudad: los alrededores del Riachuelo, los conventillos, el barrio de Pompeya, los pasillos de la villa, las canchitas. También hay un pueblo del norte en la montaña y la ciudad de Goya, en Corrientes, a orillas del Paraná. Los personajes en su mayoría viven en la marginalidad y hay uno recurrente, Martín Rilli, que también aparecía en el libro  Fiebre . El clima es muchas veces opresivo dado por las escenas de violencia, en esa “ciudad infernal de cuerpos dolidos”. Las imágenes y lo sensorial impregnan textos como “O

Tiempos de perros

¿Nunca una novia, nunca una amiga? dijo Don Braulio con una sonrisa. Siempre solo… No es bueno trabajar tanto, continuó ante el silencio de Tadeo que no supo que responder. El joven estaba incómodo y sorprendido. El viejo percibió el malestar, la incomodidad que había generado y cambió de tema. Espéreme un minuto. No se vaya que le compré algo le dijo palmeándole el hombro. Tadeo sonrió y metió las manos en los bolsillos del pantalón. Esperó. Acá le traje. No es mucho pero bueno, es por la paciencia que me tiene. No es nada, Don. No se preocupe, agradeció Tadeo y se despidió con otra sonrisa. Tadeo no hablaba mucho. Apenas saludaba a los vecinos y parecía siempre ensimismado. No sabíamos mucho de él: salía temprano, antes del amanecer y regresaba pasado el mediodía. Algunas tardes lo vimos salir a hacer las compras. Con el único que se paraba a conversar era con el viejo de la esquina y luego, enseguida a su casa. Cuando llegó el sábado, alrededor del mediodía, el calor era in

Heráclito de Efeso

Heráclito de Éfeso Jorge Luís Borges Heráclito camina por la tarde De Éfeso. La tarde lo ha dejado, Sin que su voluntad lo decidiera, En el margen de un río silencioso Cuyo destino y cuyo nombre ignora, Hay un Jano de piedra y unos álamos. Se mira en el espejo fugitivo Y descubre y trabaja la sentencia Que las generaciones de los hombres No dejarán caer. Su voz declara: “Nadie baja dos veces a las aguas Del mismo río” . Se detiene. Siente Con el asombro de un horror sagrado Que él también es un río y una fuga. Quiere recuperar esa mañana Y su noche y la víspera. No puede. Repite la sentencia. La ve impresa En futuros y claros caracteres En una página de Burnet. Heráclito no sabe griego. Jano, Dios de las puertas, es un dios latino. Heráclito no tiene ayer ni ahora. Es un mero artificio que ha soñado Un hombre gris a orillas del Red Cedar, Un hombre que entreteje endecasílabos Para no pensar tanto en Buenos Aires Y en los rostro