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Gabriela Cabezón Cámara o el camino hacia la utopía posible


A lo largo de su joven obra, la escritora argentina Cabezón Cámara realiza un recorrido literario/vital en donde sus personajes –siempre marginales: travestis/ mujeres presas de trata/ joven devenida en artista y líder de comunidad okupa/ huérfana emancipada en la China Iron- enfrentan diversas situaciones de opresión y resistencias profundamente transformadoras. Los lectores, al igual que sus personajes, salen siendo otrxs luego de la inmersión en el mundo Cabezón Cámara.


No hay dudas que una buena ficción puede más que mil discursos políticos por más honestos que sean. Es paradógico pero el discurso literario, falaz por antonomasia, es capaz de producir reflexiones y pequeñas pero profundas modificaciones imposibles de lograr para los “discursos de la verdad”. La ficción llega a través de las emociones y la razón – en ese orden- o, la ficción llega a través de las emociones que trabajan sobre la razón a lugares tan profundos del ser que, si logran mover algo, terminan con el tiempo, moviendo mucho.

La obra de Cabezón Cámara trabaja ahí. Cuando nos enfrentamos a sus páginas en pocos minutos quedamos seducidos por un lenguaje maravilloso, una cruza entre lo más rico del lenguaje de las calles y la belleza gramatical del español.  Cabezón mezcla arrabal y centro, villa y academia, edificio intrusado y museo europeo de arte moderno… y de esa mezcla obtiene una lengua hermosa, vital, con una musicalidad que seduce y te lleva junto a la “negra rubia” a la china Josephine,  a Cleo la travesti a recorrer el mundo… A vivir la vida junto a lxs marginados de siempre.

“(…) la miseria alienta la grieta, la talla; va arañando lenta, a la intemperie, la piel de sus nacidos; la hace cuero seco, la cuartea, les impone una morfología a sus criaturas. (…)” describe la China Josefina y confirma haber nacido huérfana como si la hubieran parido los pastitos de flores violetas que suavizan la ferocidad de la pampa.

“(…) Mis pensamientos eran cosas podridas, palos, botellas, camalotes, forros usados, pedazos de muelle, muñecas sin cabezal la reflexión del collage de desperdicios que la marea deja amontonados cuando baja después de subir mucho. Náufraga me sentía, y creí haberme salvado de un naufragio. (…)” cuenta en el inicio la narradora de  La virgen cabeza, embarazada de una travesti.

“(…) No lograron discutir ninguna otra estrategia porque además del dominio del espacio, otra de las armas de los helicópteros es llenar de ruido ese mismo espacio que miran desde su celestial posición. Salieron y pidieron, a los gritos, un día para embalar sus cositas. Les dijeron que no. Unas horas, sí, cinco les otorgaron los judiciales y señalaron hacia los camiones jaulas que empezaban a llegar (…)” recuerda la protagonista de Romance de la Negra Rubia, la del “sacrificio fundante”.

¿Se puede estar peor? Sí, claro, siempre se puede seguir cayendo. Pero, lo interesante de destacar es que en las diferentes historias que nos cuenta Cabezón Cámara se empieza mal, jodido. Las chicas están mal, muy mal. Y de a poco inician un camino que las lleva hacia… ¿la felicidad? Tal vez, sea mucho. Pero lo que sí es seguro es van a vivir una vida más plena.

El conjunto de sus trabajos, desde La virgen cabeza hasta Las aventuras de la China Irón, disuelven párrafo a párrafo el binarismo hombre – mujer pero también, los protagonistas de sus historias a partir de las vidas que eligen vivir disuelven la otra contradicción entre explotador y explotado.

Quizás me apure. Tal vez sea pronto. Pero Las aventuras de la China Irón parece ser la cúspide de la obra Cabezón Cámara. Ojalá sea sólo un escalón más en el camino al paraíso posible. Pero… ¿será posible otro recorrido lleno de fantasía y verdad en nuestra patria latinoamericana que nos lleve a tan buen puerto?  No es sólo que al final del viaje se llega a Utopía, a la tierra sin mal, la tierra del buen vivir. Sino que la belleza de la prosa es tan grande que el cuerpo se nos carga de vitalidad  y dan ganas de correr a la librería y buscar otro libro de Gabriela, meterlo en la mochila y buscar, buscar amigas, amigos, compinches para rajarse al Paraná y meterse en algún bote y navegar hacia el norte y perderse juntos en medio de las islas y la vegetación.

 

    

 


Comentarios

  1. Eso que decis Carlos, lo de las emociones trabajando a la razon y al ser, y moviendo cosas, asi se siente leer a GCC.

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