Mi madre no conocía mucho de música aunque era fanática del tango y solía cantarlo muy bien. Sin embargo cuando tuvo un perro y pudo ponerle nombre lo llamó Ringo. El barrio, conociendo el gusto futbolero de mi familia, dio por sentado que era un homenaje al gran Bonavena. Pero no. Años después, cuando aparecí en su vida y rondaba los diez años, una tarde me confesó que nuestro Ringo, un hermoso perro de pelo negro y largo, camorrero como él sólo, se llamaba así por el beatle… Así fue como conocí a Ringo Starr y a los Beatles! Varios años después, cuando intenté con esfuerzo y pasión convertirme en músico –cosa que nunca logré porque tengo un pésimo oído- insistía en aprender los temas emblemáticos de los fabulosos cuatro. Largas tardes en La Boca en casa de Mi amigo/hermano Gustavo aprendiendo teclado. Su mamá era profesora y él ayudaba con las traducciones de las letras… Hoy, a la mañana, un queridísimo colega me envió un video bellísimo de Paul y me hizo llorar. ¿...
Bitácora de Carlos A. Ricciardelli // palabras/imágenes/arte -desde este lado del mundo.