Ir al contenido principal

Peregrinos


Habían logrado dominar el fuego luego de años de experiencias y azares varios. Habían logrado captar el instante exacto de alquimia cerebral y atmosférica, el instante previo a las lluvias que ahogaron tantas veces el milagro. Habían logrado dominar el fuego… las pequeñas bestias escuálidas que se cubren con olores nuevos sus propios olores.
Y poco después, con la ayuda de los dioses, pudieron torcer las aguas, trazar canales y celebrar la vida en el nacimiento de nuevas plantas derramadoras de semillas y frutos. Semillas y frutos destinados a calmar los cuerpos y acariciar las almas… sanadoras de hambres y tristezas.
Maceraron semillas en cuencos de barro olvidados… Elixir de los dioses para bestias simples y frágiles…

La alegría de los cuerpos engendró nuevos cuerpos que, una vez cubierta la Madre Negra, se expandieron por el Todo como el viento, como el aire, llenando las lluvias y los soles de alegrías y tristezas; de tangos y son. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Heráclito de Efeso

Heráclito de Éfeso Jorge Luís Borges Heráclito camina por la tarde De Éfeso. La tarde lo ha dejado, Sin que su voluntad lo decidiera, En el margen de un río silencioso Cuyo destino y cuyo nombre ignora, Hay un Jano de piedra y unos álamos. Se mira en el espejo fugitivo Y descubre y trabaja la sentencia Que las generaciones de los hombres No dejarán caer. Su voz declara: “Nadie baja dos veces a las aguas Del mismo río” . Se detiene. Siente Con el asombro de un horror sagrado Que él también es un río y una fuga. Quiere recuperar esa mañana Y su noche y la víspera. No puede. Repite la sentencia. La ve impresa En futuros y claros caracteres En una página de Burnet. Heráclito no sabe griego. Jano, Dios de las puertas, es un dios latino. Heráclito no tiene ayer ni ahora. Es un mero artificio que ha soñado Un hombre gris a orillas del Red Cedar, Un hombre que entreteje endecasílabos Para no pensar tanto en Buenos Aires Y en los rostro...

Luz de luna

  No llorés Colo, no llorés. Perdoná. No te pongas así. Dale, volvamos a casa.   *** Pasamos la tarde en la casa de Jhony hasta que llegó la noche. Boludeamos escuchando cumbia y mirando cosas en el celular. Video que manda los pibes cuando están con alguna guacha ahí. Y miramos un rato y bueno como habíamos tomado unas cervezas y las guachitas de los videos no se comían una y le daban lindo, nos fuimos calentando. ¡Ufff! Ahora vengo, dijo el Jhony y encaró para afuera, para el lado de las chapas donde está el baño.  No puedo más, le dije al Colo y ahí nomás me la empecé a manotear. ¿Qué hacé? ¿No ves? ¿O me querés ayudar? Nos reímos un rato pero después todo se puso tenso. Rojo se puso todo y en una le agarré la mano al Colo y me la llevé a la poronga. Le sonreí y el Colo empezó. Empezó. Empezó y no paramos. Después se puso a temblar y salió corriendo.   Le grité. Lo llamé y lo llamé pero no paraba de correr. Lo corrí una o dos cuadra bajo el chorro blanco de l...

Ranchada