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A propósito de CAPITALOCENO de Carlos Ricciardelli, texto de Soledad Gómez Novaro

  Capitaloceno , narrativa de lo inhóspito   Esta nueva obra de Carlos Ricciardelli , editada por Clara Beter pone a nuestro alcance una serie de relatos que nos incomodan, nos interpelan. Capitaloceno es un libro de lo inhóspito. Inhóspito en lo espacial, donde la naturaleza responde con toda su fuerza a la destrucción que viene gestándose por la acción del sistema capitalista en su búsqueda de producción, acumulación y consumo a cualquier precio. Libro inhóspito, también, desde lo humano donde el desamparo es la vía que transitan los personajes para encontrarse unos instantes hasta que vuelva el desencuentro. Todo este juego de tensiones se amalgama en una constante que se sostiene en cada uno de los textos: el acto de escribir. Se desarrollan, de esta manera, tres grandes ejes temáticos: la naturaleza, lo humano en su tensión desamparo – búsqueda de encuentro y la escritura. Carlos A. Ricciardelli leyendo un fragmento de Capitaloceno en el Cátulo. El libro se inicia justament
Entradas recientes

Se presentó Capitaloceno de Carlos A. Ricciardelli

  El viernes 6 de septiembre en el Cátulo, casa cultural de Parque de los Patricios se realizó la presentación del libro de cuentos Capitaloceno.  A las nueve de la noche y con algo de demora Adrián Oláz abrió la noche presentando a Gito Minore , escritor y editor de Clara Beter que realizó una breve reseña de la editorial y su compromiso con la literatura social e independiente, heredera de la tradición de Boedo. Luego, tomó la palabra la escritora Soledad Gómez Novaro que realizó un breve análisis del libro de Ricciardelli partiendo de los conceptos de "antropoceno" y "capitaloceno". Gómez Novaro leyó algunos fragmentos de varios relatos para ir buscando las distintas huellas y marcas que conforman cierta unidad temática que podríamos llamar la devastación de la naturaleza y la humanidad por el desarrollo capitalista.     "Capitaloceno es un libro de lo inhóspito. Inhóspito en lo espacial,  donde la naturaleza responde con toda su fuerza a la destrucción qu

Llueve en el barrio

  Llueve en mi barrio y las aguas que bajan por zanjas arrastran papeles,   un cuaderno de tapas verdes, paraguas rotos, los goles del domingo y algún beso que el viento tumbó en su viaje. Llueve en Parque Patricios y el agua penetra en las grietas y llega hasta el alma. Llueve en el barrio. Llueve en el mundo. La tormenta sacude los árboles y a   las canciones que suenan en los teléfonos. Llueve en mi barrio, en Donbáss   y en Palestina. Llueve, y los chicos sin nada se llenan de hambre, se llenan de agua. ¿Serán las gotas, las lágrimas, la sal? Llueve en mi barrio que es decir llueve en el mundo. El agua se arremolina con furia, entre los adoquines,   veo un puño que sube, que sale del barro y crece desde la zanja y los barros de la Semana Trágica y crece. Hay mil fantasmas que recorren/caminan mi barrio. Don Miguel apurado y Carmelo, pasa Antonia, la Teresa y Bartolo… los pibes de las ranas cazando palomas, mis cartonero

Candidatos a Caronte

Texto escrito y leído en la apertura del segundo Alto Guiso realizado el viernes 22 de diciembre en el barrio de Abasto.     Dicen que pasó la tormenta y vientos huracanados nos trajeron hasta acá. ¿Pasó la tormenta? ¿O estaremos, acaso, en la boca del temporal? ¿A las puertas del infierno? Decenas de nombres compiten por el premio mayor. ¿Quién o quiénes serán los nuevos Carontes que con entusiasmos empujen la barca? ¿Nos llevarán finalmente a la otra orilla? ¿Triunfaron sobre nuestras almas y cuerpos cansados? Todavía escucho los ecos de la fiesta. Las risas del palacio se van apagando a medida que Caronte –ensimismado-   nos arrastra en la barca. De apoco se esfuman las voces y el pasaje parece murmurar. De pronto se escucha una protesta, una queja: “que no hay lugar, que somos muchos, que nos dijeron otra cosa” algún grito y el murmullo crece. Algunos pierden el miedo y se paran. Caronte se da vuelta y amenaza con el puño, gesticula, insulta y apura el ri

Se lanzó Alto Guiso, encuentro popular de artistas del hambre

El viernes 17 de noviembre en el centro cultural Pepa Noia de San Telmo se presentó Alto Guiso, un colectivo de artistas que hacen de la contra cultura su centro. Poetas, narradores, músicos y artistas plásticos se congregaron a partir de las 20hs en el barrio de San Telmo para dar a conocer su arte.    De izquierda a derecha el escritor Carlos A. Ricciardelli, Luis Freitas, el poeta Gustavo Val, Adrián Olaz. La poeta Priscila Acosta, la artista plástica Marina Galván, el poeta Blu Cruz. El narrador Mariano Carril, el cantautor Jolgorio Zarpado, el poeta Van Commisso. En cuclillas el pintor  y escultor Alfredo Flores y la artista plástica Sigrid Mendiguetti. También participó del encuentro el cantautor Gabo Sequeiras, la poeta Mailen Escobar y la cantante Silvana Collia.  Las siguientes palabras abrieron el encuentro que promete en transformarse en ciclo:   Épocas inclementes de furias desatadas nos muerden los talones y nos envilecen el alma.     Algoritmos de una matrix infernal

"No me interesa el arte o la literatura para pocos" // entrevista del suple Fractura de la Agencia Paco Urondo.

Carlos A. Ricciardelli nació en la ciudad de Buenos Aires en 1973. Es docente y autor de varios libros de ficción, entre ellos:  Piedras contra un vidrio  (1998),  Las recónditas ganas de quedarme aquí  (2014),  Fiebre  (2020) y la antología de relatos prehistóricos  El quinto elemento  ( 2 016). Su último libro de relatos es  Rabia  (2022), de la colección Tinieblas de  Clara Beter ediciones .  Rabia  tiene 11 relatos breves y crueles con escenarios en la periferia de la ciudad: los alrededores del Riachuelo, los conventillos, el barrio de Pompeya, los pasillos de la villa, las canchitas. También hay un pueblo del norte en la montaña y la ciudad de Goya, en Corrientes, a orillas del Paraná. Los personajes en su mayoría viven en la marginalidad y hay uno recurrente, Martín Rilli, que también aparecía en el libro  Fiebre . El clima es muchas veces opresivo dado por las escenas de violencia, en esa “ciudad infernal de cuerpos dolidos”. Las imágenes y lo sensorial impregnan textos como “O

Lúa y otro día más

Ni loca. Otro día más así, ni loca, le respondió al televisor luego de escuchar el “plop” que clausuraba las noticias y el servicio eléctrico. Otro día más, no. Murmuró unos insultos al gobierno y los equiparó con todos los gobiernos anteriores. Después, agarró un bolsito, un par de libros y la botellita con agua. Cerró con llave y salió. No iba aquedarse un minuto más a renegar con el calor y el corte de luz. ¿A dónde iría? Se preguntó una vez en la calle bajo la furia de un cielo que viraba del celeste al violeta. El aire caliente se espesaba a cada paso trayendo olores a podredumbre. Lúa miró hacia ambos lados buscando el origen del mal olor. No vio basura ni contenedores cerca. Se encogió de hombros y continuó andando.   Sacó su nuevo dispositivo: Buen día bebé. ¿qué hacemos hoy? Hermosa jornada Lúa. Día a pleno sol y calor, sin nubes en tu horizonte. Hacia el mediodía una sensible acumulación de carbono hacia el centro de la ciudad puede ocasionar leves dolores de cabeza. B