a J.C.O. Santa María amaneció nublada; una fría y húmeda brisa se levantaba desde el río para abrazar la ciudad. Rilli restregó sus ojos intentando en vano quitarse un cansancio antiguo. Al bajar de la escollera sonrió de satisfacción, abrió grande la boca, hizo chocar los dientes, y mordió suavemente el aire del puerto. Caminó un poco y se metió en un bar, asumiendo que la ciudad aún estaba dormida. Pitó un par de cigarrillos para acompañar al café y a las perezosas luces del día. Luego salió contento, casi feliz por el sueño realizado. Deambuló un par de cuadras y se dirigió al centro de la ciudad. Buscó ansioso, casi con alegría infantil el monumento a Brausen. Recorrió todas las bazofias de piedras, leyó inscripciones y conmemoraciones, placas a coroneles, a civiles, y creyó reconocer un homenaje al doctor Díaz Grey. Buscó entre calles y plazas pero no halló n...
Bitácora de Carlos A. Ricciardelli // palabras/imágenes/arte -desde este lado del mundo.